La controversia en torno a Rockstar Games se ha intensificado después de que más de 220 empleados actuales de Rockstar North firmaran una carta conjunta en la que pedían la readmisión de 31 empleados recientemente despedidos por la empresa. La disputa se produce tras las acusaciones de represión sindical relacionadas con el equipo que desarrolla Grand Theft Auto VI.
Rockstar se enfrenta a presiones internas
El 13 de noviembre, el Sindicato Independiente de Trabajadores de Gran Bretaña (IWGB) confirmó que cientos de empleados restantes se habían dirigido formalmente a la dirección de Rockstar para exigir la «reincorporación inmediata» de los trabajadores despedidos. La carta supone un momento excepcional de disidencia abierta dentro de uno de los estudios más herméticos del mundo de los videojuegos.
El IWGB afirmó que los empleados que firmaron la declaración querían mostrar su solidaridad con sus antiguos compañeros, muchos de los cuales participaron en las negociaciones sindicales antes de ser despedidos. La declaración del grupo acusa a Rockstar de «victimizar al personal por su actividad sindical legítima», un acto que podría infringir la legislación laboral del Reino Unido.
Cómo comenzó la disputa
La situación comenzó el 31 de octubre, cuando Rockstar Games despidió abruptamente a 31 empleados de sus estudios del Reino Unido y Canadá. La empresa citó inicialmente «conducta grave» como motivo, pero más tarde aclaró que los despidos se debían al «intercambio de información confidencial en un servidor público de Discord».
Los antiguos empleados han negado rotundamente esa afirmación, asegurando que el servidor Discord era privado y se utilizaba únicamente para discutir las iniciativas de organización en el lugar de trabajo. El IWGB sostiene que la justificación de la empresa era «ilegal» y que los despidos fueron «el acto más descarado de represión sindical que ha visto la industria».
Protestas y consecuencias crecientes
Ya se han celebrado protestas frente a la sede de Rockstar North en Edimburgo y las oficinas de Take-Two Interactive en Londres y París. Se prevén más manifestaciones a finales de este mes, aunque aún no está claro si los actuales empleados de Rockstar se unirán a sus antiguos compañeros en los futuros piquetes.
Rockstar sigue manteniendo su decisión, insistiendo en que se violaron las políticas internas y no se infringió ninguna ley laboral. Desde entonces, el IWGB ha iniciado un procedimiento legal formal, sentando las bases para un tribunal de alto perfil que podría tener implicaciones en toda la industria del videojuego.
Repercusión en el sector y tensión continua
La disputa llega en un momento crucial para Rockstar, ya que GTA 6 se enfrenta a un retraso en su lanzamiento y a un mayor escrutinio por parte de los fans y los inversores. Los analistas advierten de que las prolongadas batallas legales o los nuevos disturbios internos podrían alterar los calendarios de producción y dañar la reputación del estudio.
Por ahora, las líneas de batalla están trazadas. La dirección de Rockstar insiste en que actuó de forma legal, mientras que sus empleados, tanto antiguos como actuales, se mantienen unidos en su demanda de responsabilidad. El resultado podría remodelar no solo la cultura laboral de Rockstar, sino también el debate más amplio sobre los derechos laborales en la industria mundial de los videojuegos.